Del santuario al veganario: un nuevo horizonte ético para el rescate animal

Del santuario al veganario: un nuevo horizonte ético para el rescate animal

Veganario: hogar vegano permanente para animales rescatados.


Etimología:

El concepto de veganario se inspira en la lógica que dio origen a la palabra vegan. En 1944, Donald Watson (junto con Elsie Shrigley y otras personas) fundó The Vegan Society y acuñó “vegan” a partir de las primeras y últimas letras de vegetarian, para nombrar una filosofía de vida libre de explotación animal. Esta propuesta se diferenciaba de la Vegetarian Society, cuyos lineamientos permitían el consumo de derivados (como lácteos, huevos o miel) y no abordaban otros ámbitos de la vida diaria más allá de la comida.

El veganismo no es una variante del vegetarianismo, sino parte de un progreso lógico y necesario.

De modo análogo, veganario nace de la fusión de vegan con el sufijo latino -arium (-ario en español), que designa un “lugar destinado a” o un “espacio para”. Así, veganario significa literalmente “lugar vegano” y, como neologismo, se define como hogar vegano permanente para animales rescatados.

A diferencia de santuario vegano, veganario no es la adaptación de un término heredado (sanctuary), sino un término autónomo, inscrito directamente en la genealogía del veganismo. Representa un nuevo paradigma lingüístico, ético y político: un hogar vegano en el que cada animal cuenta, incluso los que no se ven; y donde la coherencia con el principio de no explotación busca ser innegociable.


Requisitos:

  1. Ser manejado por personas veganas.
  2. Practicar el abolicionismo y el antiespecismo.
  3. No financiar la explotación animal.
  4. Priorizar calidad, no cantidad.
  5. Mantener autonomía económica.
  6. No lucrar con los animales.
  7. No fomentar la reproducción.
  8. Garantizar un espacio digno, permanente y seguro.
  9. Brindar comida, asistencia veterinaria y cuidados específicos.
  10. No dar en adopción a los residentes (excepto entre veganarios).
  11. Desarrollar agricultura vegánica en los veganarios con terreno.
  12. Buscar alternativas a la medicina testeada o con ingredientes animales.
  13. Realizar activismo.
  14. Promover la no violencia y la conciencia social.
  15. Ser un modelo replicable.

Ampliación:


Ser manejado por personas veganas:

El veganismo es la doctrina de vivir sin explotar a los animales.

Los responsables del veganario deben ser veganos comprometidos, actuando de acuerdo con los principios de esta filosofía en sus vidas personales y en todas las decisiones del espacio. 


Practicar el abolicionismo y el antiespecismo:

Se rechaza el bienestarismo como solución ya que ​​perpetúa la explotación al regularla, en lugar de abolirla.

Se promueve la liberación animal total en vez de la preferencia de especies, aunque solo algunas estén bajo cargo del veganario. Se tiene en cuenta también a los animales libres que habitan el espacio. Las acciones dentro del veganario deben considerar el veganismo y la liberación animal. Las comodidades, gustos o preferencias humanas no deben prevalecer sobre el principio de no explotación.


No financiar la explotación animal:

El veganario no avalará la compra, promoción o consumo de productos que provengan de la explotación animal, aun si son donaciones.

No se paga por la muerte de ningún individuo (incluidos los insectos) para alimentar a otros: no se compra, vende ni ofrece pienso no vegano, animales como alimento, leche ni otros derivados.

Consideraciones específicas:

  • Perros y otras especies omnívoras pueden alimentarse con dietas completas basadas en plantas comerciales o caseras debidamente suplementadas.
  • En el caso de gatos y otros carnívoros, se buscarán alternativas que no impliquen financiar la explotación, como el alimento balanceado 100% vegetal debidamente suplementado. (2)
  • La investigación y el desarrollo de fórmulas veganas específicas para animales domesticados son objetivos a fomentar desde este movimiento.

Priorizar calidad, no cantidad:

Conscientes de que jamás se podrán rescatar a todos los animales perjudicados por la humanidad, solo se adoptan más individuos si esto no compromete la calidad de vida a los que ya habitan el veganario, y si desde el inicio del nuevo rescate se puede garantizar un cuidado ético y adecuado.
Adoptar un individuo implica responsabilidad directa sobre lo que se financia para su manutención. Es prioridad no acumular rescates a cualquier costo, sino asegurar prácticas coherentes y justas para todos los animales. (3)

Es importante establecer límites realistas de la capacidad máxima de carga aceptable para el veganario, para asegurar su adecuado funcionamiento y sostenibilidad a largo plazo.


Mantener autonomía económica:

Se pueden aceptar donaciones y subvenciones, pero no se depende de ellas para funcionar. El veganario no puede cerrar si faltan donantes y quienes lo dirigen deben poder asegurar el bienestar integral de los rescatados incluso con escasos o nulos aportes externos. Esto debe ser especialmente considerado por quienes recién comienzan con los rescates, para prevenir potenciales situaciones en las que los animales queden vulnerables debido a la falta de recursos.


No lucrar con los animales:

No se cobra por ver a los animales ni se expone a los habitantes a situaciones que puedan generarles estrés para beneficio humano, como disfrazarlos, llevarlos a fiestas o ser exhibidos como objetos o adornos por sus razas o características especiales.

No se ofrecen “visitas a los animales”, como en los zoológicos. Se promueven jornadas de voluntariado y educación, durante las cuales puede darse la interacción con algunos de los residentes, pero no está garantizada. Cada animal tiene derecho a decidir si desea acercarse o no a las personas. Se rechaza cualquier uso de animales como entretenimiento, terapia o para exposición pública.

Lo que sale de los cuerpos de los animales rescatados (estiércol, plumas, lana, huevos, y demás) debe gestionarse de manera ética y sostenible, sin convertirlos en mercancía ni en recurso de explotación.


No fomentar la reproducción:

No se alimenta a animales libres sin evaluar cómo esto puede afectar su población y su posterior dependencia. Se realizan esterilizaciones siempre que sea posible y seguro. No se fomenta la reproducción de animales bajo cuidado humano, utilizando métodos preventivos para evitar nacimientos inesperados. Si el veganario dispone de más espacio y recursos, se prioriza el rescate de víctimas que necesitan ayuda o están en riesgo.


Garantizar un espacio digno, permanente y seguro:

El espacio, recinto, habitáculo, hogar de cada animal, debe ser suficiente para que pueda andar cómodamente, para evitar conflictos y permitir que cada quien exprese sus comportamientos naturales. Debe ser seguro contra depredadores y contra las inclemencias de las estaciones. Se debe garantizar a cada animal una vida digna, protegida del estrés, de la explotación y de interacciones no voluntarias (con humanos y/o no humanos).


Brindar comida, asistencia veterinaria y cuidados específicos:

Cada residente debe recibir una alimentación nutritiva, balanceada, individualizada y adaptada a su especie, con agua limpia y fresca disponible en todo momento.

La atención veterinaria es obligatoria y debe ser supervisada cuidadosamente, buscando profesionales especializados según especie y necesidades individuales.

El uso de deslorelina en gallinas (y otros individuos que lo requieran) es indispensable y no debe considerarse un gasto opcional o secundario en países donde esté disponible. En donde no se comercialice, es deseable exigir su disponibilidad para garantizar el bienestar animal.


No dar en adopción a los residentes (excepto entre veganarios):

Los animales rescatados son adoptados de forma permanente, salvo que puedan ser liberados. Los residentes ya adaptados al veganario solo pueden trasladarse a otros veganarios donde sus vidas vayan a mejorar.

En casos de acogidas temporales, se aplican las mismas normas de cuidado que a los residentes permanentes.


Desarrollar agricultura vegánica en los veganarios con terreno:

La agricultura vegánica, la jardinería forestal o bosques comestibles, la siembra de huertas y la búsqueda del autoabastecimiento (así sea parcial) son prácticas deseables en todo veganario con terreno. Estas iniciativas buscan reducir la dependencia de sistemas agrícolas que implican violencia hacia animales libres, al mismo tiempo que favorecen la fauna local, la sostenibilidad y el respeto a la biodiversidad. (4)


Buscar alternativas a la medicina testeada o con ingredientes animales:

El veganario reconoce que la medicina disponible está atravesada por el testeo en animales y el uso de ingredientes de origen animal. Ante la necesidad, se utilizarán únicamente los tratamientos imprescindibles prescritos por profesionales veterinarios, priorizando siempre alternativas veganas cuando existan. El acceso a la salud nunca debe negarse, pero tampoco convertirse en un financiamiento deliberado e indiscriminado de la explotación.

Cuando se administre un tratamiento no vegano por razones médicas, el caso deberá registrarse (diagnóstico, tratamiento, alternativas evaluadas) y someterse a revisión interna del equipo responsable.


Realizar activismo:

El activismo es esencial: El veganario debe contar con plataformas o redes sociales donde los animales sean protagonistas y portavoces de sus propias historias.

Mediante fotos, videos y relatos cotidianos se muestra que los animales tienen intereses, emociones, preferencias, amistades y experiencias significativas.

De este modo se rompe con la idea de que “no tienen voz” (o sintiencia), mostrando que sus vidas les importan a ellos mismos. Por esto merecen respeto y derechos básicos, como la autonomía corporal y la representación de sus intereses a través de tutores humanos. (5)


Promover la no violencia y la conciencia social:

Si bien el foco de los veganarios son los demás animales, el movimiento debe ser interseccional para avanzar hacia una liberación total de los sistemas opresivos.

En el veganario se promueve un ambiente pacífico de respeto hacia todos los animales, tanto los residentes rescatados como los individuos libres que conviven en el entorno.

Por coherencia y lógica, se fomenta la inclusión y el rechazo a toda discriminación arbitraria hacia las personas humanas por color de piel, género, identidad u orientación sexual, edad, origen étnico, condición socioeconómica, capacidades físicas o mentales, creencias religiosas, u otras.


Modelo replicable:

El veganario no se define por su tamaño ni por la cantidad de animales a su cargo, sino por sus prácticas y visión. Puede existir tanto en espacios amplios que albergan numerosos rescates, como en hogares pequeños donde vive un único individuo rescatado, siempre que se sostengan los principios previamente establecidos.

Dentro del activismo propio de los veganarios, se promueve motivar a otras personas veganas rescatistas a transformar sus hogares o proyectos en veganarios, contribuyendo así a expandir una red de espacios comprometidos con la liberación animal. (6)

Lo esencial es que la práctica del veganario sea integral, sostenida y replicable, de modo que se convierta en un referente para la sociedad en su conjunto.

“Obra sólo según aquella máxima por la cual puedas querer al mismo tiempo que se convierta en ley universal.” Kant


Marco teórico y filosófico:


Resumen:

El concepto de veganario surge como una propuesta filosófica y una guía práctica para el cuidado de animales rescatados, mientras buscamos superar las contradicciones que encontramos al dirigir un santuario y aprender de la experiencia de otros.
Un veganario no financia la explotación animal, prioriza la coherencia ética vegana en las decisiones cotidianas y busca alternativas congruentes para los casos complejos.

Es, al mismo tiempo, un hogar seguro para las víctimas del antropoespecismo y un proyecto político en tanto que ofrece un plan de acción para transformar la realidad social, buscando alcanzar una visión específica del futuro y resolver problemas concretos.

Desde esta propuesta se busca redefinir cómo nos relacionamos con todos los animales en nuestras prácticas y elecciones de consumo diarias, especialmente quienes cuidamos de algunos de ellos.


Desarrollo:

La ética es una disciplina racional que aspira a descubrir principios justificables más allá de meros acuerdos convencionales. Se apoya en la razón (operando conforme a la lógica) y en el conocimiento empírico para evaluar hechos y consecuencias. Por tanto, aunque la aceptación social varíe, interesa formular normas objetivas y universalizables que sean aplicables a agentes morales racionales. El veganismo, desde esta perspectiva, no se presenta como una preferencia cultural sino como la aplicación práctica de principios éticos que buscan evitar la explotación de seres sintientes. (7)

Durante las últimas décadas, los santuarios de animales se han convertido en espacios de resistencia frente al sistema de la explotación animal representando un avance significativo. Allí, algunos animales logran escapar del matadero, del laboratorio o de la negligencia humana, encontrando refugio y cuidado.

Sin embargo, en muchos de estos lugares (incluido el santuario de Vegan Point en algún momento), aún con una intención sincera de protección, se sigue dependiendo de prácticas que sostienen directamente la explotación animal: la compra de pienso elaborado con productos de mataderos, la adquisición de leche envasada por la industria láctea y el fomento de la reproducción mediante alimentación desmedida sin considerar la natalidad ni el cuidado de los animales libres que nacen como consecuencia. Además, muchos zoológicos y entidades conservacionistas se autodenominan santuarios usando a los animales como atractivo turístico y cobrando por visitas o terapias.

Todas estas prácticas perpetúan la lógica especista y la falsa idea de que está bien condenar a unos para salvar o disfrutar de otros.

De ahí la necesidad de un concepto diferente, que encarne en su forma misma el principio del veganismo de no explotación y liberación. Ese concepto trasladado al cuidado de animales rescatados, es el veganario. Un hogar vegano permanente para animales rescatados.

El veganismo no es una dieta, una moda ni un capricho, sino una postura ética. Definido por Leslie Cross, vicepresidente de la Sociedad Vegana en 1951, el veganismo es la doctrina de vivir sin explotar a los animales. Una doctrina es un conjunto de principios que sirven como guía o marco de acción. El veganario lleva esta noción a la práctica cotidiana del cuidado de los animales rescatados.

El veganario se basa en principios éticos fundamentales que rechazan la explotación animal en todas sus formas. Esto implica que los fundadores y operadores del veganario se identifican como veganos y se comprometen a no utilizar productos de origen animal en ninguna de sus actividades cotidianas. Además, los veganarios buscan educar al público sobre la importancia de adoptar el veganismo, permitiendo a los animales rescatados ser portavoces y sujetos activos en su liberación. (8)

La filosofía contemporánea reconoce cada vez más a los santuarios de individuos rescatados como espacios políticos, donde los animales son vistos como actores con voz y agencia. Los santuarios pueden ser entendidos como laboratorios de inclusión democrática más allá de las especies, promoviendo nuevas formas de comunidad conjunta entre humanos y no humanos. (9)
Los santuarios no sólo son sitios de rescate, sino núcleos de acción, interconectados con la justicia ambiental y social. (10)

Desde una perspectiva filosófica, los veganarios representan una forma de activismo que va más allá de la resistencia a la explotación animal; buscan crear espacios donde los animales puedan vivir dentro de lo posible según sus propios términos, sin intervención humana que perpetúe su opresión. De esta forma, los veganarios ofrecen un modelo de convivencia basado en el respeto y la igualdad. (11)

Los veganarios tienen el potencial de transformar la percepción pública sobre los derechos de los demás animales. Al compartir las historias de los rescatados y mostrar sus vidas libres de explotación, se busca inspirar a la audiencia a cuestionar las prácticas que contribuyen a la cosificación animal y adoptar un estilo de vida vegano.

Cada vida rescatada, cuidada sin perpetuar la explotación de otros y difundida abiertamente, es un mensaje que denuncia el especismo estructural y muestra que una forma diferente de convivencia y cuidado es posible. El veganario es, al mismo tiempo, hogar vegano y proyecto educativo desde sus plataformas en línea con las que visibiliza y da protagonismo a los residentes. A través de los veganarios, cada rescatado pasa a ser un integrante conocido, respetado y muchas veces admirado de la sociedad, ayudando a generar conciencia sobre la explotación animal y a transformar la percepción colectiva respecto a los derechos de sus hermanos animales que no tuvieron ni tendrán su misma suerte. (12) 

El veganario no es solo un santuario “más estricto”, sino un nuevo paradigma filosófico y práctico.
Creemos que representa parte de la evolución natural del movimiento de liberación animal al proveer una forma de rescatar, cuidar y educar, pero con un reglamento que nos guía para actuar evitando ser parte de las mismas estructuras de opresión que buscamos abolir.

Cada veganario, grande o pequeño, es un espacio de resistencia y un ejemplo de congruencia práctica. Allí, los animales no son mercancía, ni recursos, ni espectáculo. Tampoco son más que los que no se ven, ni que los libres, ni que los que están encerrados en granjas.

Este es un modelo para replicar: Invitamos a todas las personas veganas y especialmente a quienes rescatan o conviven con rescatados; a reflexionar, conversar y, cuando sea posible, poner en práctica este modelo como forma de apoyo a la liberación animal.

El veganario es, desde hoy, una propuesta inédita. Que nosotras sepamos no existen precedentes exactos de este modelo; nace aquí, desde el veganario de Vegan Point, hogar permanente de 11 gallinas y 3 gallos; como el primer espacio que asume estas reglas y se compromete a ponerlas en práctica a largo plazo.


May & Krl.

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